El árbol Ceiba: la sabiduría de la naturaleza revelada.
Explorando lecciones de vida.
Una vez más, la naturaleza se convierte en la maestra perfecta en la materia de la vida. La Ceiba es un árbol que, al mismo tiempo de ser majestuoso e imponente, resulta escalofriante. ¿Por qué? Estamos hablando de un árbol con una impresionante copa y raíces que se extienden hasta 70 metros de profundidad. Además, su tronco está adornado con espinas de forma cónica.
Pero, ¿para qué son estas espinas? La primera y obvia razón es la protección contra depredadores, pero además, estas espinas funcionan como depósitos de agua, convirtiendo a este hermoso soldado verde en una especie resistente a la sequía y los climas extremos. Es importante mencionar que estas espinas protegen principalmente al espécimen cuando este es joven.
¿Y qué tiene que ver esto con la vida? Todo. Cuando somos jóvenes, llevamos nuestras propias espinas, las cuales nos protegen de lo que consideramos amenazas. A veces, esas amenazas son nuestros padres, amigos o maestros. También nos protegemos de las imposiciones de la sociedad, la religión y la familia, entre otros. Este mecanismo de defensa, al igual que en la Ceiba, no solo nos arropa, sino que muchas veces nos nutre y nos hidrata el alma; otras veces, nos enseña grandes lecciones.
La juventud está llena de retos; es, tal vez, la etapa de vida más retadora. Estas espinas, más que ser una amenaza, nos defienden de todo aquello que, estemos bien o mal en nuestras creencias, consideramos que nos puede dañar. Es solo así como aprendemos y nos construimos como seres humanos.
Con el paso de los años, estas espinas se caen, y es entonces cuando el tronco permite inquilinos. Cuando está más fuerte y sus reservas de agua son suficientes, además de estar estructuralmente listo para absorber el líquido necesario a través de sus raíces.
Así, con nosotros, la madurez y la adultez nos permiten vivir sin estas espinas que nos protegían. Ahora tenemos otros mecanismos que nos permiten diferenciar, elegir y resguardarnos sin necesidad de espinas. Contamos con raíces lo suficientemente fuertes y profundas que nos guían mejor. Incluso, ya estamos listos para expandir esas raíces y esa copa para albergar y proteger a otros seres.
La Ceiba, además, es un árbol sagrado para varias culturas de Mesoamérica. Se dice que sus raíces se abren hacia los cuatro puntos cardinales, conectándose así con diferentes deidades. Además, sirve como marcador de direcciones en el mundo físico. Ese sería el gran propósito de nuestra vida: tener raíces que conecten con los nuestros en diferentes direcciones y dimensiones, y al final, impactar la vida de otros que nos tomen como referentes de hacia dónde ir.